CUANDO TENÍA 6 AÑOS…
Mucho trabajo por acá, Mamá-
Como siempre, a
las corridas...
Haciendo piruetas para salir temprano de
casa y llegar a tiempo al colegio ¡Ay el
cole ma!
Parece perseguirme con un montón de
exigencias y cosas que cumplir.
Yo corro, procuro salvarme pero me tira
del pelo, me sienta y, a estudiar.
No me quejo, solamente te cuento.
Además, de
qué voy a quejarme si terminar 5º año no es nada en comparación con otras cosas
Mucho
más graves.
Yo te quiero, mamá.
Y por qué te
quiero no es tan pesado mi trabajo.
Por eso me digo: hay alguien que espera y
confía en vos, no
la defraudes; ¡agarrá ese libro, esa tabla
Periódica y
deja tanta pereza!!
No sé si será pereza,
tristeza o cierta melancolía...
¡No te asustes! Pero es que tengo 17 años
y me haces tanta falta como a los 6 , cuando me dejaste en primer
Grado.
En realidad, fue la mamá de Belén la que me dejo en la fila de 1º, porque tampoco ese
día pudiste estar,
Pero de todos modos yo te imaginé allí, diciéndome que no tuviera miedo, que me
portara bien, que te
esperara junto
Al árbol de la salida.
Y fue la mamá de Belén la que me encontró, recostada, sobre el gran árbol.
Y otra vez me tomó de la mano y me llevó.
No dije nada, yo fui como si hubieras sido vos.
Pero no era tu perfume, mamá.
No era tu mano fina la que tomaba para
cruzar la calle.
Ya ves, todavía recuerdo todo aquello...
Yo te quiero, mamá. Eso creo y necesito
creer todos los días cuando me levanto, y preparo el desayuno como
Hace 8 años.
Aunque ahora ya no se me queman las
tostadas, mamá.
Ya aprendí, hace
tiempo que aprendí.
Aprendí a maquillarme, a limpiarme las uñas, a caminar con zapatos altísimos...
¡Si me vieras!
Ensayo miradas y sonrisas.
Y también en esos momentos te recuerdo, casi a mi lado, casi cerca de
todo lo que me pertenece.
Te falta poco para llegar a mí, pero no llegas nunca y yo espero.
Y ese “casi tan cerca” parece convertirse
en “cada vez más lejos”.
Y mi espera es desesperación callada.
Estoy cansada de tu repetida ausencia.
Cada vez me resulta más difícil reconocer
el tono de tu voz entre tantas “segundas mamás” que habitan
dentro de mí.
Y detesto esos recuerdos invadidos por la
mamá de Belén.
¡No pudieron ser tantas! ¿Dónde
estuviste? ¿Dónde estuve yo para
Vos todo este tiempo? Yo te quiero,
mamá.
Cuatro palabras que repito y dirijo no sé
a quién, todavía hoy,
Cuando te sueño llamando
a mi puerta y pronunciando mi nombre.
Lo único que me diste. Un nombre cortito,
fácil, frágil, que en cualquier momento se desvanece.
Aunque si eso ocurre, tampoco vas a estar
para impedir que me diluya como una gota de agua en medio del mar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario