REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY |
EL DULCE MILAGRO
¿Qué es esto?
¡Prodigio! Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a
mis dedos crecen.
Mi amante besóme las
manos, y en ellas,
¡oh gracia! brotaron
rosas como estrellas.
Y voy por la senda
voceando el encanto
y de dicha alterno
sonrisa con llanto
y bajo el milagro de
mi encantamiento
se aroman de rosas
las alas del viento.
Y murmura al verme la
gente que pasa:
«¿No veis que está
loca? Tornadla a su casa.
¡Dice que en las
manos le han nacido rosas
y las va agitando
como mariposas!»
¡Ah, pobre la gente
que nunca comprende
un milagro de éstos y
que sólo entiende,
que no nacen rosas
más que en los rosales
y que no hay más
trigo que el de los trigales!
que requiere líneas y
color y forma,
y que sólo admite
realidad por norma.
Que cuando uno dice:
«Voy con la dulzura»,
de inmediato buscan a
la criatura.
Que me digan loca,
que en celda me encierren,
que con siete llaves
la puerta me cierren,
que junto a la puerta
pongan un lebrel,
carcelero rudo,
carcelero fiel.
Cantaré lo mismo:
«Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a
mis dedos crecen».
¡Y toda mi celda
tendrá la fragancia
de un inmenso ramo de
rosas de Francia!
Poemas de Juana de
Ibarbourou
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