La vida nos pone frente a hechos que nuestra inteligencia
no alcanza a comprender el porqué.
Nadie hace algo sin un fin determinado, unos para el bien
y otros para el mal.
La espina punza más según de donde proceda; pero cada
cual ha de sacársela si tiene consigo la verdad.
Debemos acatar ciertas verdades cuándo no hemos obrado
con el bien y no usar la justificación para decir o declarar, cómo y por qué
hemos hecho determinados actos.
Llama a tu corazón para entrar en la reflexión no en la
complicidad.
Debo sentir la satisfacción por el cumplimiento de mis
deberes como ser humano.
No se ha de busca excusas para el incumplimiento de las
acciones de ser de la naturaleza que somos: la Humana.
La confianza da buen ánimo cuándo esta está comprobada
por hechos y demostraciones.
Hay que aprender que la humildad no es una debilidad es
tan sólo una virtud de los seres humanos de ser
agradecidos.
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