domingo, 7 de diciembre de 2014



La vida nos pone frente a hechos que nuestra inteligencia no alcanza a comprender el porqué.
Nadie hace algo sin un fin determinado, unos para el bien y otros para el mal.
La espina punza más según de donde proceda; pero cada cual ha de sacársela si tiene consigo la verdad.
Debemos acatar ciertas verdades cuándo no hemos obrado con el bien y no usar la justificación para decir o declarar, cómo y por qué hemos hecho determinados actos.
Llama a tu corazón para entrar en la reflexión no en la complicidad.
Debo sentir la satisfacción por el cumplimiento de mis deberes como ser humano.
No se ha de busca excusas para el incumplimiento de las acciones de ser de la naturaleza que somos: la Humana.
La confianza da buen ánimo cuándo esta está comprobada por hechos y demostraciones.
Hay que aprender que la humildad no es una debilidad es tan sólo una virtud de los seres humanos de ser
agradecidos.



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