ERICH FROMM
23 de marzo de 1900,
Fráncfort del Meno, Alemania
( 1900 - Muralto,
1980)
Psicoanalista alemán. Del psicoanálisis
parece apreciar sobre todo la crítica a la sociedad occidental, y del
"primer Marx", el de los Manuscritos económicos-filosóficos del año
1884, el proyecto humanista. Estos intereses se remontan a su licenciatura en
Sociología y Psicología, obtenida en Heidelberg en 1922. Al finalizar sus
estudios, ingresó en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín, pero permaneció
al margen de la Asociación Internacional Freudiana. Trabajó con Horkheimer y
Adorno en el Institut für Sozialforschung de Frankfurt. En 1934, emigró a
América por cuestiones raciales, y vivió en Nueva York y en Cuernavaca (México
Requerido por las más
prestigiosas universidades, (New School, Yale, Columbia), junto con K. Horney,
H. S. Sullivan y A. Kardiner, dio vida a la llamada Escuela Neo-freudiana
"culturista", la forma más importante de revisionismo del
psicoanálisis surgida en Estados Unidos, y que fue rechazada por los ortodoxos
y criticada por N. O. Brown, por dar una lectura parcial de los textos
freudianos.
También lo fue por
Marcuse, por el radicalismo con el que la génesis pulsional de los conflictos
psíquicos, reivindicada por Freud, era sustituida por una génesis
sociocultural. Marcuse lo acusó también por buscar soluciones dentro de la
sociedad competitiva a la que, sin embargo, criticaba. A pesar de todo, algunas
de las ideas de Erich Fromm (como el análisis de la "autoridad
racional") sobrevivieron y ejercieron de manera indirecta, una influencia
determinante.
En 1941 publicó El
miedo a la libertad, y posteriormente, Man for Himself: an Enquiry into the
Psychology of Ethics (1947), El lenguaje olvidado (1951), y un auténtico
"best seller" internacional: El arte de amar (1956). Más tarde,
publicó La misión de Sigmund Freud (1959), Marx's concept of Man (1961) y, en
dura polémica con Konrad Lorenz, Anatomía de la destructividad humana (1975), a
la que siguió ¿Tener o ser? (1976).
Erich Fromm perdió
progresivamente el interés por la psicología clínica y por el rápido desarrollo
técnico y teórico del psicoanálisis. Ignoró a autores como M. Klein y R.
Money-Kyrle que, desde un punto de vista clínico, abordaron temas habituales en
él, como la relación entre amor y odio, o naturaleza y cultura. Fromm no fue un
psicoanalista convencional, sino más bien un agudo, aunque a veces sectario,
psicólogo social o tal vez un librepensador, crítico de ideologías políticas,
religiosas y terapéuticas, y un valiente investigador e innovador. Como ejemplo
basta citar su Budismo zen y psicoanálisis (1960), escrito en colaboración con
D. Suzuki y R. de Martino.
Se le considera,
junto a Karen Horney y Harry S. Sullivan, entre otros, iniciador de la escuela
culturalista psicoanalítica estadounidense, cuya metodología busca resolver la
neurosis del hombre moderno, que, según Fromm, radica en el distanciamiento
existente entre las estructuras sociales y el individuo, anteponiendo una
planificación humanista de la vida frente a las teorías del consumo y del
rendimiento económico.
Sus intereses se
centraron en la definición de una nueva "ciencia del hombre", capaz
de orientar la formación de una personalidad equilibrada dentro del caos
cultural, la violencia y la soledad que constituyen las perversiones del
totalitarismo en la sociedad contemporánea. Entre los principios inspiradores
de esta crítica al mundo actual se encuentran la obra de Marx y la de Freud, a
las que añadió más adelante la influencia del budismo zen, al considerar Fromm
como digna de aprecio su noción de "iluminación" entendida como
desarrollo de la cualidades intuitivas del hombre.
En efecto, no puede
decirse que Fromm sea marxista ni freudiano: de Marx y de Freud recoge en
particular los elementos críticos y liberadores, abriendo una perspectiva que
puede definirse como existencialista o idealista con un notable acento místico.
Contra el determinismo económico, Fromm basa su análisis de la sociedad en el
concepto de inconsciente social, que representa la parte socialmente reprimida
de la psique universal. La realización del amor, de la justicia y de la
libertad se conseguirá cuando se satisfagan de manera correcta las necesidades
radicales del hombre: la exigencia de relaciones espontáneas, una dimensión
trascendente y creativa, una plena expresión de la individualidad, una fe capaz
de orientar los comportamientos, una fraternidad universal.
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